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Rafa Díaz Justo: “Igualar un año como éste va a ser realmente muy difícil si es que no es imposible”

El año 2022 ya ha ingresado en el mes de diciembre y encara sus últimas semanas de existencia. Dentro de poco será historia, pero para la trayectoria de la estructura sub23 de la Fundación Contador siempre se abordará como una historia especial y hermosa por la gran calidad del grupo humano que formó parte del proyecto y los resultados que llegaron durante la campaña. Un año, en definitiva, inolvidable.

Diecinueve victorias (contando la general por equipos de la Copa de España en categoría sub23), otros quince podios, muchos más puestos de top10 y un bonito epílogo: cinco corredores que alcanzan el profesionalismo, seis si se tiene en cuenta a un Manuel Oioli bajo el paraguas de un development. No podía acabar este año sin conversar con Rafa Díaz Justo (1972), el director del equipo sub23 en plena ebullición de preparativos de la primera concentración de pretemporadas, sobre tan hermosa campaña.

Un gran año 2022, Rafa, ¿la mejor temporada de la estructura sub23 desde su creación?

Sin lugar a dudas, sí. Igualar un año como éste va a ser realmente muy difícil si es que no es imposible. Ha sido un año muy bonito donde se han dado una serie de circunstancias inmejorables. Un cocktail especial con un plantel de corredores muy bueno, con fichajes en los que confiábamos absolutamente y no nos equivocamos, con un equipo de preparadores y auxiliares muy motivado y eficiente, con unos medios materiales inmejorables y con la chispa de suerte que siempre hace falta y que tiene su mejor reflejo en la casi ausencia de accidentes y percances de graves, aunque caídas y lesiones siempre se producen. Pero más allá de esto, personalmente ha sido un 2022 muy, muy bonito. Duro, pero muy bonito.

Cuatro de los corredores dan el salto al profesionalismo de la mano del EOLO-KOMETA Cycling Team en 2023…

Tanto Fernando Tercero como Davide Piganzoli son dos muy buenos corredores, con mucho futuro, de alguna forma han sido los abanderados del proyecto este año, partíamos con esa idea siempre desde un prisma de que compitieran lo más posible a nivel internacional. Competir en el extranjero curte muchísimo y cada país y cada carrera tiene su propia historia particular. Javi Serrano y Andrea Pietrobon han hecho también buena temporada. Javi nos dio dos meses realmente interesantes. Andrea comenzó muy bien, si bien personalmente me dejó un poco frío desde el punto de vista de que se trataba de un ciclista de categoría élite y haciendo balance de todo el curso no ha hecho que esto haya supuesto un factor diferencial o para destacar con respecto a sus compañeros de equipo.

Marcel Camprubí da el salto, pero en otra estructura…

Tiene un nivel altísimo y lo ha demostrado en el gran final de temporada que ha hecho. Le deseamos lo mejor y nos apena no haberle podido tener otro año más para trabajar con él más en el extranjero, pero este deporte es así y su temporada, como la de otros compañeros también, lógicamente ha llamado la atención. Tuvo una lesión en el Gran Premio Primavera de Ontur de la que se recuperó bien, aunque trastocó un poco la planificación. Teníamos claro que si le recuperábamos pronto podía llegar al Giro U23. Allí estuvo, es cierto que un poco justo, pero en la corsa rosa sentó las bases de su verano. Allí despegó desde un punto de vista de estado de forma. Corredores de esta calidad que vienen con un nivel de carga menor que los rivales acaban teniendo un final de temporada impresionante.

Fran Muñoz es uno de los pocos, posiblemente el único, ganadores de Copa de España que no ha dado el salto al profesionalismo en la siguiente temporada. 

Efectivamente no es lo habitual, pero en su caso creo que es un acierto que siga en la categoría para redondear su formación y dar un salto mucho mejor si se le presenta la oportunidad. Con Fran siempre hemos hablado muy claro, más allá de que su paso al profesionalismo fuera o no factible. Fran tiene que estar tranquilo. Para 2023, donde es uno de los capitanos de la escuadra, queremos que siga un poco la línea de este año de Fernando o de Davide, es decir, un calendario muy internacional, sin centrarse 100% en la Copa de España. Creo que es algo que te da un plus a la hora de dar el salto al profesionalismo. Esta temporada Fran ha tenido dos picos de forma muy buenos, aunque él en el segundo se esperaba más. La Copa está muy concentrada en el calendario, son cuatro meses de plena forma, y esto es algo que te lastra de cara al final. No es fácil, no está al alcance de muchos. En el histórico de ganadores de copa si miras, los ganadores “desaparecen” luego en agosto y septiembre.

Es una decisión sorprendente, ‘contra natura’ de lo que son estos tiempos…

En los últimos años en este deporte se puede ver cómo suben al profesionalismo corredores muy jóvenes con unas condiciones físicas muy buenas. Pero en el ciclismo son tan importantes éstas como saber manejarte en cada situación, y en situaciones complejas en entornos diferentes. Cada carrera en cada país tiene su historia diferente. Y lo físico es importante, pero lo mental también. Personalmente creo que dar el salto sin este conocimiento no es bueno y, en este sentido, la vorágine actual es un poco contraproducente. Vamos a ver dentro de tres o cuatro años cómo queda todo, ahí podremos tener una composición de lugar más real sobre la situación del ciclismo.

Andrea Montoli y Arnau Gilabert se convierten en los dos veteranos de la plantilla dentro de este formato de equipo que apuesta por planteles cortos con corredores jóvenes…

Andrea es un chico muy majo que ha progresado mucho en 2022, estrenándose en la categoría con su victoria en Valencia tras un día donde todo el rato me decía que iba fundido y en el que descubrió que este deporte es muy universal: tú puedes ir fundido, pero tú vecino también lo estará. Tengo ganas de verle en 2023. Y también a Arnau, un chaval que tiene mucha calidad y que la próxima temporada se va a centrar exclusivamente en la bicicleta. Hasta ahora lo ha compaginado con trabajos, como en su día lo hicieron Juan Pedro López o David Martín, pero llega un momento en el que es importante hacer la apuesta y centrarte totalmente.

¿Qué esperas de los otros corredores que siguen?

Me gustaría que Antonio González dé un salto más. Este 2022 ha sido muy ingrato para él en cuanto a actuaciones individuales, ya que en el equipo venimos trabajando con ese formato de darle más galones a los veteranos. Carlos Barredo y yo lo tenemos muy claro, es un formato que nos ha funcionado muy bien más allá de que siempre puede llegar un joven muy, muy bueno o que las circunstancias de las carreras puedan ir en otra dirección. Pero esto al final es parte de la formación. Los más veteranos tienen más cobertura y los más jóvenes más trabajo. En ese trabajo se ven muchas cosas interesantes, aunque sea muy ingrato. Pablo Uría y Ramón Fernández encaran un año muy importante, están en su último año en la categoría y tienen que ir a tope desde el minuto 1, es algo que tienen muy claro. Pablo este año no lo pasó bien por culpa de una lesión que le trastocó gran parte de la temporada, pero ya está recuperado. Y Ramón, que tuvo un pico de forma muy bueno en Castellón, se vio lastrado el resto de la temporada por su caída en la Vuelta a Extremadura. Y luego he visto detalles que me han encantado tanto de Sebastiano Minoia como de Edoardo Alleva. Edo en la última etapa de la Volta a Galicia demostró que tiene un motor impresionante. Y Minoia, que se encontró haciendo Aosta por una baja de última hora, iba superando todos los días de menos a más y remontando a mucha gente. De Gabriele Raccagni  también espero un año muy bonito, creo que en este 2022 ha ido un poco de más a menos, porque se ha cuidado demasiado con vistas a subir mejor y un velocista siempre tiene que tener muy clara la relación entre peso y potencia y no obsesionarse con subir más. Un sprinter jamás será un escalador puro y viceversa.

Más allá de la andadura del equipo, ¿qué balance haces de esta primera temporada de trabajo más cohesionado con doble presencia tanto en España como en Italia?

A nivel organizativo éste ha sido un año difícil, complejo de principio a fin y al mismo tiempo, al final, más fácil de lo pensado. Hubiera sido imposible encararlo sin los medios de los que disponemos gracias al trabajo de Fran Contador al frente de las estructuras y de la implicación extrema de toda la gente. Al final hablamos de dos estructuras, doblando medios en España e Italia, doblando muchos fines de semana competiciones… Una vez que comenzó a andar el proyecto y se cogió la dinámica todo ha ido muy bien, más allá de alguna cosilla puntual como retrasos de vuelos o bajas de última hora por enfermedades. La comunicación entre directores, preparadores, staff y corredores ha sido muy buena y respetuosa. Para 2023 tenemos mucho rodado, pero también habrá algunos cambios.

Hablemos de las caras nuevas de la próxima temporada. El aragonés Raúl López es uno de los dos ciclistas que proceden del Caja Rural.

Es un ciclista que me gusta mucho, con un perfil muy interesante. Dentro del formato de equipo que tiene Caja, con muchos ciclistas en la plantilla, es posible que algún corredor se pueda quedar por el camino. Raúl ha trabajado muchísimo y bien, pero desde un prisma emocional es un perfil de ciclista que se puede quedar en el camino. Alejandro Franco, por ejemplo, ejemplifica a lo que me refiero. No digo que Raúl sea como Alejandro, son ciclistas diferentes, pero es un cambio que le puede aportar. Raúl está muy contento e ilusionado, estamos planificando su temporada. Luego la competición es la que habla, claro.

Haimar Etxeberria es el otro ‘caja’ y posiblemente haya sido un fichaje sorprendente para muchos…

Posiblemente haya sido así por tratarse de uno de sus jóvenes con más nombre. Haimar es un ciclista joven, con mucha ambición y con mucha hambre. La verdad que esta posibilidad fue algo que surgió muy al final de la temporada, le hicimos una propuesta muy sincera y él lo tuvo claro, quería venir, ya nos conocía de su participación en un Campus de Selección para el equipo júnior.  Mi forma de fichar a un corredor es muy sencilla y directa, ofreciendo una realidad y no prometiendo quimeras: le ofrecemos un calendario con mucho contenido, contamos con el mejor material de pelotón, nuestros desplazamientos están muy currados, contamos con concentraciones, disponemos de un equipo de preparadores y un grupo de directores y auxiliares con mucha experiencia. Eso son cosas concretas. Lo demás siempre va a estar en el tejado del ciclista. Personalmente veo a Haimar muy ilusionado y tengo que confesar que nunca he dirigido hasta ahora a un chaval con una fortaleza anímica como la que él muestra.

Los hermanos Bessega, Gabriele y Tommaso, son otros dos fichajes llamativos…

Ambos son muy buenos contrarrelojistas y, por tanto, son buenos rodadores. Pueden ser dos perfiles importantes para los lanzamientos de Raccagni o incluso de Haimar, que es también un ciclista muy rápido. Y va a ser muy interesante ir viendo su evolución.

Álex García es el único corredor del equipo júnior que afronta su promoción a la estructura sub23 en 2023…

Es cierto que nos hemos quedado un poco cojos en este aspecto. Nos hubiera gustado también poder contar con Nil Aguilera, pero recibió una propuesta que le sedujo más. Por supuesto es una decisión respetable, personalmente creo que no era la mejor opción para él. Nos hubiera gustado tenerlo. Álex era el otro nombre que teníamos claro que queríamos subir sí o sí. Llega sin presión, con el formato de trabajo más tranquilo para los ciclistas que cambian de categoría. Que vaya aprendiendo y que trabaje. Muchas veces el rendimiento sin una responsabilidad concreta te depara un mayor rendimiento. Y lo cierto es que Álex tiene números muy interesantes y estoy seguro de que estamos ante un muy buen escalador.

Y finalmente Luca Bagnara completa el equipo en 2023…

Posiblemente sea la gran sorpresa del proyecto: es un escalador puro, puro. En carreras internacionales, con gente como Lenny Martínez y compañía entre los participantes, ha hecho entre los cinco primeros. Y eso compitiendo en un equipo muy pequeño. Es un ciclista de segundo año, muy humilde y al mismo tiempo una máquina devorando pendientes.

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